Cherburgo, Francia, 12 de noviembre de 1915. Estudió en
París en los liceos Montaigne y Louis le Grand, enfermando de tuberculosis
antes de terminar el bachillerato, hecho que lo obligara a alternar sus
estudios con largas hospitalizaciones. Tras estudiar letras clásicas en la Sorbona, donde funda el
Groupe de Theatre Antique, con el que viaja a Grecia, obtiene el diploma de
estudios superiores e inicia su actividad académica. En 1947 comienza a
publicar artículos en Combat que
serán la base de su primer libro. Posteriormente será Lector de Francés en
Rumania y Egipto. En los años cincuenta trabaja en la Dirección General
del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia. Más tarde será investigador
en el Centre Nationale de la Recherche Scientifique, luego Director de
Estudios en l'École Pratique des Hautes Etudes. En 1977 ocupa la cátedra de
Semiología Literaria en el Collège de France. Muere en París, en accidente de
tránsito, el 25 de marzo de 1980.
Renombrado crítico y ensayista, puede
decirse que su obra ha trascendido notablemente esta caracterización inicial,
teniendo en cuenta sus considerables aportes y la influencia ejercida sobre
diversas esferas del conocimiento contemporáneo. Así, desde su formación en
letras clásicas y tomando la múltiple herencia de la lingüística, el
estructuralismo, la psicología y el marxismo, Barthes ha elaborado uno de los
cuerpos conceptuales más ricos, personales y fecundos de nuestra época.
Ha
sido en primer lugar el constructor de la Semiología,
la ciencia de los signos que implica la comprensión de los vínculos existentes
entre el mundo de los significados y el real o tangible. Partiendo de la
distinción entre lengua y habla establecida por Ferdinand de
Saussure en su Curso de Lingüística
General, Barthes lleva este esquema más allá del campo del lenguaje
propiamente dicho, hasta el de los fenómenos sociales, que analiza como sistemas de signos susceptibles de ser leídos como discursos.
Halla
en el estructuralismo la forma para esa lectura, es decir, para la comprensión
de los sistemas de signos, a través del desciframiento de la armazón interna de
las diversas representaciones de la realidad. Si Lévi-Strauss había hecho del
análisis estructural el método para el conocimiento y comprensión de las formas
de pensamiento de las sociedades primitivas, Barthes lo utiliza para
desentrañar los complejos mecanismos de funcionamiento y significación propios
de la sociedad de consumo en la que, a partir del surgimiento y creciente
complejización de los medios masivos de comunicación, los símbolos o
apariencias han pasado a reemplazar a lo real que representan. La búsqueda de una lógica social escapará
entonces a la sociología para pertenecer a una socio-lógica, que no excluye a la anterior pero que la específica. Al
respecto queda evidenciado el legado del marxismo en el nexo con la noción de
superestructura, puesto que para Barthes los sistemas de ideas y
representaciones que se imponen como universales tienen en realidad un origen
de clase, emergente de la conciencia burguesa.
Su
tarea como crítico, en segundo lugar, ha tenido una trascendencia excepcional. Dedicó
a ella buena parte de su esfuerzo intelectual a través de varios libros e
infinidad de artículos tanto sobre autores clásicos (Michelet, Voltaire), como
de vanguardia (Brecht, Robbe-Grillet). Pero su verdadera dimensión en este
sentido se define por sus planteamientos y aportes vinculados a la necesidad de
una nueva crítica, a la que concebía
desprovista de los esquemas rígidos de la que se practicaba en la universidad, pero
sobre todo ajena a los factores externos al texto mismo. El grado cero de la escritura,
inspirado en la lectura de Camus y en el que hace al mismo tiempo una reflexión
sobre el lenguaje y el estilo, y un análisis de diferentes etapas de la
literatura francesa, fue considerado en su momento un verdadero manifiesto de
esa nueva crítica. Luego vendrán los Ensayos
Críticos, reunión de número importante de artículos publicados durante una
década, que serán, según sus propias palabras, como "eslabones en una
cadena de sentidos". Su ensayo Sobre
Racine será el detonante de un debate que lo enfrentará con parte del mundo
académico, y del cual saldrá victorioso con un preciso alegato en Crítica y Verdad, donde sienta su
posición al respecto: no el autor ni la obra, sino el texto es el verdadero objeto de la ciencia literaria.
De
cualquier manera, los análisis que realiza sobre diferentes aspectos de la
realidad distan de ser ahistóricos, puesto que giran básicamente alrededor de
la cultura francesa, entendida además como producto de un determinado sector
social. Así, en Mitologías se centra
en los mitos cotidianos por medio de los cuales se reconoce como propio de la
naturaleza lo que es para el producto de la ideología; los ejemplos que
desarrolla son muchos, y van desde la lucha libre hasta la publicidad.
Respecto
al resto de su obra, tanto en Elementos
de semiologia como en Sistema de la
moda traza algunos de los rasgos definitorios de su pensamiento. En el
primero desarrolla las bases de aquella disciplina, sustentada en que todo acto
u objeto equivale a un lenguaje o sistema de signos, portador de significado. La
extensión a otros campos de la diferenciación entre sistema y sintagma le
permite un análisis de la moda entendida como uno de los muchos sistemas con
cuya lectura se accede a la comprensión de cierta organización ideológica de la
sociedad.
De
todos modos, Barthes se caracterizó por una constante evolución personal que lo
llevó a renegar a menudo de posturas anteriores y en sus últimos años a manifestar
cansancio ante las doctrinas de cualquier índole aunque hubieran sido propias. En
los años setenta reanuda el análisis literario, pero desde perspectivas que se
han interpretado como un alejamiento del estructuralismo. Por ejemplo, S/Z, trabajo sobre una novela corta de
Balzac, le sirve para proponer una lectura basada en la pluralidad de
significados. En El placer del texto
y en Barthes por Barthes -este último
un retrato de si mismo en el que rehuye las convenciones autobiográficas-
propone a su vez la recuperación del goce, esto es, de cierto hedonismo en el
vínculo con el texto, que considera, con un claro sentido psicologista,
"un objeto de placer como cualquier otro".
A
modo de recurso estilistico y metodológico de Barthes, cabe señalar en primer lugar
el uso de oposiciones "voluntariamente artificiales", según sus
propias palabras, utilizadas para sistematizar o clarificar conceptos
(escritura-escribancia, placer-goce, denotación-connotación); y por la otra, la
fragmentación de los textos en unidades de sentido, de lo cual es un buen
ejemplo uno de sus últimos libros, el singular Fragmentos de un discurso
amoroso, en el que a partir de trozos literarios y testimonios desarrolla
lo que el llama "figuras", especie de repertorio del discurso o
"soliloquio" del enamorado.
Mucho
puede agregarse todavía sobre hechos o personas que tuvieron incidencia sobre
el trabajo de Barthes: su pasión por el teatro desarrollada a partir del
conocimiento de Brecht, la influencia de Sartre, su interés por Sade, Flaubert
y Proust, su proximidad con el grupo Tel
Quel. Es que la amplitud y complejidad de la obra barthesiana impide
abarcarla en su totalidad sin omisiones. Además, el interés inagotable que
presenta ha movido a muchos estudiosos a volcarse sobre ella fervorosamente. Es
el caso de Susan Sontag, quien, en un ensayo que le dedica, define a este autor
como "moralista, hombre de letras, filósofo de la cultura, erudito de
ideas pujantes, autobiógrafo proteico", al mismo tiempo que "paseante
solitario" y "escritor con muchos mas meritos que los que actualmente
le atribuyen sus admiradores más fervientes".
Bibliografía:
Le Degré
zéro de l'ecriture,
1953 (trad. esp., El grado cero de la escritura, 1967); reed.: Le Degré zéro de l'ecriture
suivi de Nouveaux Essais critiques, 1972 (trad. esp., El grado cero de la escritura seguido de
Nuevos Ensayos críticos, 1973).
Michelet
par lui-même, 1954.
Mythologies, 1957
(trad. esp., Mitologías, 1980).
Sur
Racine, 1963 (trad. esp., Sobre Racine, 1992).
Essais
Critiques, 1964
(trad. esp., Ensayos Críticos, 1967).
Eléments
de sémiologie, 1965
(trad. esp., Elementos de semiología, 1971).
Critique
et Verité, 1966 (trad. esp., Crítica y verdad, 1972).
Système de
la Mode, 1967 (trad. esp., Sistema de la moda, 1978).
S/Z, 1970 (trad. esp., S/Z, 1980).
L'Empire
des Signes, 1970 (trad. esp., El imperio de los signos, 1991).
Recherches
Rhétoriques, 1970 (trad. esp. Investigaciones retóricas I, 1974).
Sade,
Fourier, Loyola,
1971 (trad. esp., Sade, Fourier,
Loyola, 1977).
Le
Plaisir du Texte,
1973 (trad. esp., El Placer
del Texto, 1974).
¿Por dónde
empezar? (antología española, 1974).
Roland Barthes par Roland Barthes, 1975
(trad. esp., Roland Barthes por Roland Barthes,
1978).
Leçon
Inaugurale de la Chaire
de Sémiologie
Littéraire du Collège de France,
1978 (trad. esp., El placer del Texto, seguido de la Lección Inaugural, 1980).
Fragments
d'un Discours
Amoureux, 1977 (trad. esp., Fragmentos de un discurso amoroso,
1982).
La Chambre Claire. Note sur la photographie, 1980 (trad. esp., La cámara lúcida. Nota sobre la fotografia, 1982).
Le Grain
de la Voix: entretiens, 1962-1980, 1981 (trad. esp., El grano de la voz, 1985). L'Obvie
et l'Obtus: Essais Critiques III, 1982 (trad. esp., Lo Obvio
y lo Obtuso: imágenes, gestos, voces,
1986).
L'aventure
sémiologique, 1985
(trad. esp., La aventura semiológica, 1990).
Incidentes, 1987.
El susurro del lenguaje: más
allá de la palabra y de la escritura, 1987.
Link al libro "Mitologías":
ResponderEliminarhttps://ddooss.org/libros/mitologias_Roland_Barthes.pdf
Link al libro "La aventura semiológica¨:
https://circulosemiotico.files.wordpress.com/2012/10/barthes-roland-la-aventura-semiologica-353pag1.pdf