Oxford, Inglaterra, 8 de enero de 1942. Estudió física y matemáticas en la Universidad de Oxford,
realizando estudios de poslicenciatura en la Universidad de
Cambridge, donde se doctoró en Filosofía y Letras en 1966. En esta misma universidad
ha sido Investigador Ayudante en el Departamento de Matemáticas Aplicadas y
Física Teórica (1977) y titular de la cátedra Lucasian de Matemáticas (1980),
cargo académico ejercido por Isaac Newton. A los 25 años contrajo una grave
enfermedad (esclerosis lateral amiotrófica) que afectó a su sistema nervioso y
muscular, condenándolo a una parálisis casi total, de modo que en la actualidad
sólo puede comunicarse mediante un ordenador adaptado especialmente para él y
que maneja con la mano izquierda. Miembro de la Royal Society of
London, ha recibido el Premio Albert Einstein, la Maxwell Medal y
diversos doctorados honoris causa.
Las recientes verificaciones fotográficas llevadas a cabo por el telescopio
espacial Hubble sobre el "eco" del Big Bang, han dado a Stephen Hawking una
celebridad seguramente merecida. Durante muchos años, junto con Roger Penrose,
se dedicó al estudio teórico, desde la relatividad general, de las
consecuencias de los aportes de Einstein tanto en lo que se refiere a los
orígenes del universo como acerca de su posible final.
Los desarrollos así logrados le
permitieron abundar poderosamente en argumentos y consolidar la teoría, de modo
que hoy en la comunidad científica está razonablemente generalizada la idea de
que nuestro universo comenzó hace unos 15.000 millones de años con un
formidable estallido. La sopa originaria, infinitamente densa e infinitamente
pequeña, se expandió hasta hoy, dando origen a los cien mil millones de
galaxias que pueblan el universo visible. "Para poder predecir cómo debió
haber empezado el universo –dice Hawking en su célebre Historia del tiempo–,
se necesitan leyes que sean válidas en el principio del tiempo. Si la
teoría clásica de la relatividad general fuese correcta, los teoremas de la
singularidad, que Roger Penrose y yo demostramos, probarían que el principio
del tiempo habría sido un punto de densidad infinita y de curvatura del
espacio-tiempo infinita."
Se trataba de comprender el
mecanismo que condujo a esa condensación de materia, y las razones por las
cuales esa "sopa originaria", inicialmente uniforme y caliente, dio
origen a las singularidades que hoy conocemos como galaxias, estrellas y
planetas, y más aún, a los agujeros negros, los quásares y los púlsares. También se intentaba saber por qué esa expansión se desarrolla
a una velocidad tal, pudiendo llegar a invertirse el signo para iniciar un
proceso de contracción, lo que están tratando de esclarecer las mediciones que
con enorme esfuerzo hace la ciencia contemporánea para determinar la masa total
del universo.
Pero la relatividad clásica no era
capaz de explicar las leyes que gobiernan un universo infinitamente pequeño e
infinitamente denso como el que existía en el momento de la "gran
explosión". Allí, las leyes de la física fallaban, eran incapaces de
explicar lo que estaba sucediendo. Esa singularidad originaria requería el
auxilio de la otra gran teoría de la física contemporánea, la mecánica
cuántica, la cual, a su vez, no se ha desarrollado aún lo suficiente para
incorporar a la teoría la naturaleza de la fuerza gravitatoria, fuerza débil
comparada con las que rigen en el ámbito atómico y nuclear, pero decisiva, dado
su alcance de carácter cosmológico. "La teoría cuántica de la gravedad
–dice Hawking en el libro citado– ha abierto una nueva posibilidad en la que no
habría ninguna frontera del espacio-tiempo y, por tanto, no habría ninguna
necesidad de especificar el comportamiento en la frontera. No existiría ninguna
singularidad en la que las leyes de la ciencia fallasen y ningún borde del
espacio-tiempo en el cual se tuviese que recurrir a Dios o a alguna nueva ley
para que estableciese las condiciones de contorno del espacio-tiempo."
Así, Hawking se vio forzado a
introducirse de lleno en el estudio del por entonces nuevo fenómeno de los
agujeros negros, ejemplo presente de singularidad donde parecía posible
contrastar teorías y análisis buceando alternativamente en la relatividad y en
la mecánica cuántica, todo lo cual no hacía más que abundar en la necesidad
esencial de la ciencia contemporánea, que no es otra que encontrar una gran
teoría unificada, que, en principio, debiera ser una relatividad no clásica
sino cuántica.
Ese esfuerzo no ha
concluido. Sin duda se ha dado un paso gigantesco en años muy recientes con la
teoría unificada que explica el comportamiento de las fuerzas nucleares fuerte
y débil junto con la fuerza electromagnética. Pero la cuarta fuerza de la
naturaleza, la gravitatoria, se resiste aún.
Hawking avanza un poco
diciéndonos qué características debiera tener esta gran teoría unificada, y
ensayando un modelo que se anticipa un tanto a la medición final de la masa
total del universo a que ya se ha aludido. Parte de la idea de que el
espacio-tiempo relativista no es plano, sino curvo y cerrado. En tres dimensiones,
ese espacio sería esférico y por lo tanto el Big Bang estaría ubicado en uno de los polos imaginarios de esa
esfera. El tiempo transcurriría en la dirección de un meridiano cualquiera y el
paralelo correspondiente nos informaría del tamaño del universo global. Pero
como el ecuador es el círculo máximo, pasado cierto tiempo el universo se
contraería y avanzaría raudamente al Big
Crunch o gran colapso universal. Este colapso, a su vez, no sería un
instante final: el tiempo sigue transcurriendo, ahora en sentido contrario, y
el espacio vuelve a dilatarse.
En este modelo, los
"polos" del espacio-tiempo son intercambiables. Colapso y explosión
ocurren arriba y abajo en un proceso cíclico, con lo cual no hay un principio y
un final. Ni tampoco singularidad alguna, que es lo que se deseaba resolver en
la teoría.
Stephen Hawking preside
hoy merecidamente la cátedra Lucasian de Cambridge que antaño fue la de grandes
maestros como Newton y Dirac. Sus aportes a la física contemporánea están
permitiendo avanzar en el camino de la ansiada gran teoría unificada, esperanza
compartida por la comunidad científica, aunque el propio Hawking nos diga una y
otra vez que ese esfuerzo no tiene garantizado su resultado.
Lo que sí llama la
atención del lector de sus libros es la especial preocupación con que el autor
polemiza con Dios acerca del origen del universo y de la naturaleza de las
leyes físicas. Parece normal que los físicos –y con más razón quienes tienen
otros perfiles profesionales– se pregunten de dónde venimos y por qué las cosas
están sucediendo de este modo. Pero Hawking llega al extremo de felicitarse de
que la mecánica cuántica nos exima de un origen del tiempo, y con ello de la
necesidad de un Creador. La batalla con Dios es perceptible a todo lo largo de
la mencionada Historia del tiempo. Sobre el final, Hawking cree haber
triunfado. Piensa que el modelo mecano-cuántico-relativista que se perfila es
autoconsistente, pero deja como siempre algo por resolver. Ese modelo de
universo, ¿es el único posible? ¿No existe la posibilidad de universos
diferentes con otras leyes? ¿Quién definió la opción que tenemos entre manos?
Es de temer que Stephen
Hawking, el gran físico, esté empujando a la ciencia hacia ciertos perfiles del
dogma, que es lo que se quiere abolir. Y que su realismo se transforme en una
poderosa manifestación cientificista. Sí es seguro que la ciencia está dando
pasos gigantescos de la mano de pensadores contemporáneos como el que nos
ocupa; y que como él mismo nos advierte, demasiadas veces se ha creído estar al
final del camino que empezó mucho antes de Aristóteles con las preguntas que la
humanidad se ha repetido tantas veces. Afortunadamente, hay abundante material
de trabajo todavía. Porque ese avance incesante hacia lo desconocido es lo que
aún nos mueve y hace fantástica la aventura del pensamiento.
Bibliografía:
The Large Scale Structure of Space-Time, 1973 (con G. E
Ellis).
A Brief
History of Time. From the Big Bang to
Black Holes, 1988 (trad.
esp., Historia del tiempo. Del Big Bang a los agujeros negros, 1988).
Three Hundred Years of Gravitation, 1989.
Ilustrated Companion to a Brief History of Time,
1992.
Cuestiones cuánticas y cosmológicas, 1993 (con Roger Penrose).
Black Holes and Baby Universes, 1993 (trad. esp., Agujeros negros y pequeños universos, 1994).
La
naturaleza del espacio y el tiempo (The Nature of Space and Time con Roger Penrose,
Michael Atiyah,
Nueva Jersey),
1996.
The Large, the Small, and the Human Mind,
(con Abner Shimony, Nancy Cartwright, and Roger Penrose), 1997.
El
universo en una cáscara de nuez (The Universe in a Nutshell), 2001.
A
hombros de gigantes, los grandes textos de la física y la astronomía (On The Shoulders of Giants. The
Great Works of Physics and Astronomy),
2002.
El
futuro del espaciotiempo, 2003.
Information
Loss in Black Holes,
2005.
Brevísima historia del tiempo (A Briefer History of Time), 2005.
Dios
creó los números: los descubrimientos matemáticos que cambiaron la historia (God Created the Integers: The Mathematical
Breakthroughs That Changed History),
2005.
La
teoría del todo: el origen y el destino del universo, 2007.
La gran
ilusión: las grandes obras de Albert Einstein, 2008.
El
tesoro cósmico,
2009.
El gran
diseño (The Grand Design con Leonard Mlodinow), 2010.
Murió en Cambridge el 14 de marzo de 2018.
ResponderEliminarLink para ver o descargar el documental Hawking: Can You Hear Me? dirigido por Oliver Twinch en 2021:
ResponderEliminarhttps://yts.mx/movies/hawking-can-you-hear-me-2021
Link al libro "Historia del tiempo":
ResponderEliminarhttps://antroposmoderno.com/word/Stephen_Hawking_Historia_del_Tiempo.pdf