Es difícil subestimar la importancia intelectual de Marcel
Mauss para, al menos, dos generaciones de pensadores franceses. Empezando por
Bataille, Dumézil y Lévi-Strauss, Mauss ha sido asimismo punto de referencia
para una nueva generación que incluiría a Bourdieu, Baudrillard, Derrida y
Foucault. La teoría de Mauss sobre el regalo y la naturaleza del intercambio en
las sociedades denominadas arcaicas ha ocupado especialmente a los pensadores
de inspiración estructuralista, como Lévi-Strauss, mientras que la deuda que
con él tienen otros como Bourdieu y Foucault está más relacionada con sus ideas
sobre las técnicas corporales. Habitus es
un término que Mauss examinó antes de que Bourdieu lo reelaborara; y la noción
de "tecnología del cuerpo" en Foucault podría muy bien tener su
origen en la opinión de Mauss de que las técnicas corporales son,
efectivamente, una "técnica sin instrumento" (la palabra francesa technique indica no sólo lo técnico sino
lo tecnológico). Es decir, una técnica del cuerpo es una tecnología en la
medida en que puede transferirse a otras áreas de actividad y porque, para
ello, debe ser parcialmente cosificada (o sea, formalizada).
Mauss, sobrino de Émile Durkheim, nació en Épinal el 10 de mayo de 1872, y
murió en París el 10 de febrero de 1950. Como su tío, creció en un ambiente de judíos ortodoxos.
En 1895 obtuvo el tercer puesto en la agrégation
de filosofía, tras lo que estudió griego, latín, hebreo e iraní antiguo en
la École Pratique des Hautes Études (1). En 1902 era ya maître assistant en dicha Escuela, Quinta Sección, donde enseñaba
"historia de las religiones de los pueblos no civilizados". Al
empezar la Primera
Guerra Mundial, Mauss se ofreció voluntario para el servicio,
trabajó de intérprete en el ejército británico y fue condecorado por su valor,
con dos menciones y dos cruces militares. Su experiencia en el ejército le dio
la ocasión de estudiar las diferentes técnicas corporales que se observaban
entre las tropas británicas, australianas y francesas. Más adelante, en sus
ensayos sobre las técnicas del cuerpo, Mauss destacará la capacidad de los
soldados australianos para sentarse en cuclillas durante los periodos de
descanso, mientras que un francés como él debía permanecer erguido; porque,
como tantos europeos, carecía de esa habilidad. A diferencia de su tío, Mauss
era más un bohemio con aspiraciones socialistas; coleccionaba objetos exóticos,
defendió la obra de Debussy y Picasso y siempre estuvo abierto a nuevas formas
de entendimiento social y formas culturales. En 1925, Mauss creó el Institut
d'Ethnologie y, en 1930, fue elegido para el Collège de France hasta su
jubilación, en 1940.
En 1899, Mauss publicó con H. Hubert Nature et function du sacrifice (Naturaleza y función del
sacrificio). Pero la fama y la influencia de Mauss se debieron, en gran parte,
a los artículos que publicó en la revista Durkheimiana de sociología, L'Année sociologique, más que a ninguna
monografía. Además fue un profesor muy estimulante y atractivo. Según Georges
Dumézil, que dedicó muy poco tiempo a Durkheim –el mentor de Mauss–, era
infrecuente que este último preparara sus clases, pero tenía un sentido de lo
universal apoyado en enormes conocimientos casi ilimitados.
Debido seguramente, en parte, a la famosa Introducción a la obra de Marcel
Mauss (2), escrita por Claude
Lévi-Strauss, la obra más conocida de nuestro autor es su Essai sur le don (El regalo), publicada por primera vez en el
volumen correspondiente a 1923-1924 de Année
sociologique. Aunque, a simple
vista, el regalo puede distinguirse de una mercancía (la base del intercambio
en una economía monetaria), porque parece que no implica reciprocidad, Mauss
afirma que, en realidad, el regalo implica una triple obligación: dar, recibir
y corresponder. Viendo las etnografías de un amplio abanico de sociedades –pero,
sobre todo, describiendo a los potlatch en
América, los kula en el Pacífico y
los hau en Nueva Zelanda–, Mauss
demuestra que el regalo es la verdadera base de la vida social, por lo refinado
y diferenciado de las formas de comportamiento que se ejercen después de él. El
regalo no es un simple intercambio de bienes. Implica honor y un uso
determinado del tiempo; se trata de un mecanismo que afecta a todos los
aspectos de la vida que garantizan tanto la circulación de personas (mujeres)
como de bienes. Dicho intercambio puede verse en el matrimonio, las fiestas,
las ceremonias rituales, el servicio militar, las danzas, los bailes, y así
sucesivamente. Incluso cuando el intercambio se relaciona exclusivamente con
objetos de algún tipo, es preciso recordar que los objetos no son sólo las
cosas muertas e inanimadas que se supone que son en sociedades capitalistas y
muy diferenciadas. Los objetos poseen un "alma", una espiritualidad,
no son meramente un objeto; y, a la inversa, aunque los seres humanos tienen su
espiritualidad –en general llamada mana–,
son también objetos que, por consiguiente, pueden formar parte del sistema de
intercambio.
En lugar de la acumulación de
riqueza con el objetivo de acumular más riqueza, típica de las sociedades
capitalistas, las sociedades del regalo se caracterizan por el gasto –la
donación– y la obtención de prestigio. Por ejemplo, la esencia de los potlatch de Norteamérica es la
obligación de dar. Quien puede gastar en la máxima medida posible y sitúa al
beneficiario en obligación de igualar su prodigalidad obtiene y mantiene
prestigio y honor. Al menos, en la medida en que los potlatch no acaban en una orgía de pura destrucción, es decir, el
puro gasto sin beneficio. Pero, en general, los regalos deben devolverse con
intereses, de modo que lo que está en juego es cada vez más.
Respecto al carácter de las cosas que se intercambian en el
sistema del regalo, sería erróneo suponer que se limitan a bienes materiales.
De hecho, uno de los puntos en los que más insiste Mauss es que prácticamente
todo –servicios, favores sexuales, fiestas, bailes, etc.– se ve arrastrado al
sistema. Si un individuo o grupo no cumple las obligaciones que implica el
sistema de regalo, se corre el peligro de una guerra.
Si bien la sociedad capitalista no se estructura con arreglo a
las obligaciones sociales generales ligadas al regalo, Mauss afirma que,
teniendo en cuenta las pruebas históricas, resulta razonable pensar que los
sistemas legales y económicos de Occidente surgieron inicialmente de instituciones
similares a las de las sociedades dominadas por él. Más tarde, en las
sociedades capitalistas modernas, se desarrolló una mentalidad impersonal y
calculadora en la que la noción de equivalencia monetaria pasó a sustituir a la
obligación moral y la lucha por el prestigio inherentes al regalo. En lugar de
invadir el conjunto de actividades de la vida, el desarrollo de la ley y la
economía basada en el dinero permitió que el intercambio se formalizara y se
limitara al terreno público, mediante la separación de la esfera pública y la
privada.
Mauss concluye su estudio
resumiendo una serie de puntos esenciales. En primer lugar, advierte, el regalo
sigue impregnando "nuestras" sociedades, pero de manera muy reducida.
Las ocasiones especiales por motivos religiosos, matrimonios, aniversarios,
pueden provocar aún una gran actividad de entrega de regalos y la sensación de
que debemos corresponder con intereses, que "debemos devolver más de lo
que hemos recibido" (3). No ser capaz de corresponder puede dejar al
beneficiario en una posición de inferioridad respecto al donante. Queda por ver
si, tal vez, sería necesario examinar el significado de la caridad y el
bienestar social bajo este prisma, porque, si bien puede estar en juego un
elemento de reciprocidad y orgullo, detrás de la caridad se encuentra asimismo
un motivo práctico que está ausente en el intercambio de regalos. Sin embargo,
las sociedades cuya estructura social se basa por completo en el regalo no
disponen de ningún espacio que no esté sujeto al intercambio. Los seres humanos
forman parte también del sistema. Se trata de una noción de intercambio que es
preciso separar claramente de los motivos utilitarios. Mucho más que los
intercambios económicos en las sociedades que se consideran muy diferenciadas,
con una distinción muy marcada entre lo público y lo privado, el regalo es un
fin en sí mismo; porque, si bien lo que está en tela de juicio es, sin duda, el mana de una persona, su indefinible
cualidad de prestigio, ésta es inseparable del acto de dar y recibir. "Dar
es mostrar la propia superioridad" (4). Como impregna la estructura social
y afecta a todas las facetas de la vida, el regalo es un ejemplo de lo que
Mauss denomina "un hecho social total". Aunque se produzca a escala
individual o de grupo, el intercambio de regalos es, par excellence, un hecho social. La suerte de los individuos y los
grupos está inextricablemente ligada a la suerte de la sociedad en su conjunto.
Por tanto, para entender las repercusiones y la, importancia de un acto individual
de entrega es preciso comprender el carácter de toda la estructura social. La
propia estructura triangular del regalo, que implica dar, recibir y
corresponder, evoca claramente la idea del hecho social total.
La noción de mana, que
se considera ligada a la cualidad indefinible del prestigio en el sistema del
regalo, había aparecido previamente en el ensayo de Mauss sobre la magia (5).
En él, el autor destaca que mana es
uno de los conceptos inquietantes de los que la antropología creía haberse
deshecho. Mana es un término vago,
oscuro e imposible de definir con rigor. De hecho, observa Mauss, existe una
verdadera "infinidad de manas"
(6). No se trata sólo de una fuerza, un ser, sino también "una acción, una
cualidad y un estado". La palabra es, al mismo tiempo, "un nombre, un
adjetivo y un verbo" (7). Mana no
puede ser el objeto de experiencia porque absorbe toda la experiencia. En este
aspecto, pertenece al mismo orden que lo sagrado. Para Mauss, ello es como
decir que mana posee una
espiritualidad equiparable al pensamiento colectivo, que equivale a la propia
sociedad.
Por su parte, la magia es irregular y tiende hacia algo que la
sociedad prohibe. La magia es un acto privado, secreto y singular. Es aislado,
misterioso, furtivo y fragmentado. Comprende el aspecto no social del mundo
social y es, al mismo tiempo, una amenaza para lo social y el límite que le da
sentido. Los magos pueden ser mujeres, niños, extranjeros; cualquier ser
"no profesional".
El mana y la magia
plantean, pues, la cuestión del carácter exacto del vínculo social. Para Lévi-Strauss, el hecho mismo de que el mana sea difícil de definir indica que
es esencialmente indefinible; o, más bien, dado que puede adoptar múltiples
significados, que es un "significante flotante", una "x"
indefinible, análoga al fonema "cero" del que hablan los lingüistas
de tendencia estructuralista. Dicho fonema no posee significado en sí mismo,
pero puede adoptar diversos sentidos dependiendo del contexto y su relación
diferencial con otros términos. Ello implica que el mana no puede interpretarse más que de forma sincrónica, en un
momento concreto, y no diacrónicamente, en un sentido evolutivo en el que el
significado derive de algo anterior. Equiparar mana al "significante flotante" fue la forma que tuvo Lévi-Strauss,
en la época de su famoso ensayo de 1950 sobre Mauss, de reclamar a este último
para el estructuralismo.
La interpretación estructuralista del mana y el regalo tiene otras consecuencias. Por ejemplo, el hecho
de considerar que lo social es análogo a la estructura del lenguaje puede
arrojar luz sobre el carácter de lo que evocan el mana y el regalo como "hecho social total". Así, la
presentación de los hechos sociales no revelaría inmediatamente el aspecto
social, como la gramática de un lenguaje natural no está inmediatamente
presente en la conciencia de un nativo. Del mismo modo, afirma Lévi-Strauss, el
hecho del intercambio no está inmediatamente presente en la observación
empírica, que se limita a proporcionar tres obligaciones: dar, recibir y corresponder.
La idea de intercambio explica la relación entre los tres elementos: no existe
de manera transparente en los hechos, sino que debe elaborarse a partir de
ellos.
En otro estudio importante, el enfoque histórico y contextual
que tiene Mauss de los fenómenos sociales está, tal vez, aún más pronunciado.
En su examen de las "técnicas del cuerpo" (8), acude al concepto de habitus (9) para examinar cómo las
actividades culturales son específicas de una cultura y una sociedad
determinadas. Para que exista una técnica corporal deben estar presentes dos
elementos: primero, la técnica debe ser eficaz y, por tanto, capaz de producir
el efecto deseado; segundo, debe inscribirse en una tradición que permita su
transmisión. En pocas palabras, una técnica es algo que puede transmitirse.
Para Mauss, las técnicas corporales no son espontáneas ni meramente anatómicas
o fisiológicas. Con el fin de ilustrar hasta qué punto los actos supuestamente
naturales pueden ser, en realidad, resultado de una técnica, Mauss relata cómo
enseñó a escupir a un niño que padecía un resfriado.
Toda técnica corporal tiene su forma. El error del pasado ha
consistido, a juicio de Mauss, en pensar que existe una técnica sólo cuando hay
un instrumento. Las técnicas corporales son, en realidad, una tecnología sin
instrumentos. El marco de una técnica nos permite explicar la importancia de la
multitud de pequeñas acciones llevadas a cabo por cada individuo cada día de su
vida. La técnica sitúa todos esos casos, que se dan por supuestos, en un marco
explicativo con el fin de que dejen de ser algo arbitrario y el resultado del
puro azar. El concepto de "técnicas del yo" de Michel Foucault parece
tener su precedente claro en los análisis de Mauss sobre esta materia. La
relevancia de Mauss es especialmente clara en la comprensión contemporánea de
las prácticas si tenemos en cuenta que distingue las categorías específicas de
conducta de las técnicas corporales, los actos denominados mecánicos, de tipo
"físico y químico". Son también los actos tradicionales y eficaces en
el ámbito de la religión, los actos simbólicos, los actos jurídicos, los actos
relacionados con la vida comunitaria, los actos morales; en otras palabras,
actos que, para Mauss, no pueden quedar reducidos a un hecho puramente físico.
Sin embargo, el pensamiento moderno (cfr. Foucault, Bourdieu, Althusser) ha puesto en
tela de juicio la oposición entre un acto simbólico, presuntamente consciente
de sí mismo, y una técnica física. En realidad, de acuerdo con la descripción
que Pascal hace de la adquisición de la fe –"arrodíllate, mueve tus labios
en una plegaria, y creerás" (10)–, se afirma que incluso el acto más
simbólico está inextricablemente ligado a una técnica física, hasta el punto de
que se considera que la técnica es anterior al significado simbólico. Y, como
para confirmar que él también dudaba de la validez de mantener el aspecto
simbólico separado del físico, Mauss termina su reflexión sobre las técnicas
corporales afirmando que:
Precisamente creo que, en el fondo de todos nuestros
estados místicos, se hallan técnicas corporales que no se han examinado, pero
que estaban perfectamente estudiadas en China e India, incluso en épocas muy
remotas... Creo que hay medios necesariamente biológicos de entrar "en
comunicación con Dios" (11).
Repitamos que Mauss es una fuente poco reconocida de esta
corriente del pensamiento contemporáneo que se ocupa del cuerpo.
Por último, debemos destacar, junto con Lévi-Strauss, que
Mauss, aún más que Durkheim, mostró que la individualidad, aunque no sea
reducible a algo social, siempre posee una expresión social. Es decir, como los
hechos sociales sólo se manifiestan en los individuos, la sociedad está en el
individuo tanto, o más, que el individuo en la sociedad. Por tanto, en
realidad, el tedioso debate sobre si el individuo es anterior a la sociedad o
la sociedad es anterior al individuo se acaba con Marcel Mauss. Queda que así
lo reconozcan quienes llegaron después que él.
NOTAS
<!--[if !supportLists]-->1. <!--[endif]-->Este detalle y los siguientes de la biografía de Mauss
proceden de Anthony Richard Gringeri, Jr., "Twilight of the Sun Kings:
French anthropology from modernism to post-modernism, 1925-1950", tesis
doctoral sin publicar, Universidad de California, Berkeley, 1990.
<!--[if !supportLists]-->2. <!--[endif]-->Claude Lévi-Strauss, "Introduction à l'oeuvre de Marcel Mauss"
en Marcel Mauss, Sociologie et anthropologie, París, Presses Universitaires
de France, "Quadrige", 8ª. ed., 1983, págs. IX-LII. Ed.
inglesa, Introduction to the Work of
Marcel Mauss, trad. de Felicity Baker, Routledge & Kegan Paul, 1987.
<!--[if !supportLists]-->3. <!--[endif]-->Marcel Mauss, The Gift:
The Form and Reason for Exchange in Archaic Societies, trad. de W. D.
Halls, Londres, Routledge, 1990, pág. 65.
<!--[if !supportLists]-->4. <!--[endif]-->Ibíd., pág. 74.
<!--[if !supportLists]-->5. <!--[endif]-->Marcel Mauss, "Esquisse d'une théorie générale de la
magie", en Marcel Mauss, Sociologie
et anthropologie, págs. 1-141. Ed. inglesa, A General Theory of Magic, trad. de Robert Brain, Londres y Boston, Routledge
& Kegan Paul, 1972.
<!--[if !supportLists]-->6. <!--[endif]-->Ibíd., pág. 104, trad.
inglesa, página 111.
<!--[if !supportLists]-->7. <!--[endif]-->Ibíd., pág. 101, trad.
inglesa, página 108.
<!--[if !supportLists]-->8. <!--[endif]-->Marcel Mauss, "Les Techniques du corps", en Marcel Mauss,
Sociologie et anthropologie, págs. 362-386. Ed. inglesa, "Techniques of the body",
trad. de Ben Brewster, Economy and
Society, 2, 1 (1973), págs. 70-88.
<!--[if !supportLists]-->9. <!--[endif]-->Ibíd., págs. 368-369.
Trad. inglesa, pág. 73.
<!--[if !supportLists]-->10. <!--[endif]-->Citado en Louis Althusser, Lenin
and Philosophy and Other Essays, trad. de Ben Brewster, Londres, New Left
Books, 1971, pág. 158.
<!--[if !supportLists]-->11. <!--[endif]-->Mauss, "Les Techniques du corps", pág. 386, y
"Techniques of the body", pág. 87.
PRINCIPALES OBRAS DE MAUSS
Nature et function
du sacrifice (1989), París, Presses
Universitaires de France, 1989.
Esquisse d'une
théorie générale de la magie
(1902-1903), París, Presses Universitaires de France, 1989.
Essai sur le don (1923-1924), París, Presses Universitaires de France,
1989.
Introducción a la
etnografía, Madrid, Istmo, 1974.
Sociología y
antropología, Madrid, Tecnos, 1979.
OTRAS LECTURAS
BLOOR, David: "Durkheim and Mauss revisited: Classification and the
sociology of knowledge", Studies in
the History and Philosophy of Science, 13, 4 (1982).
CARRIER, James: "Gifts, commodities, and social relations: A Maussian
view of exchange", Sociological Forum,
6, 1 (marzo de 1991), págs. 119-136.
CARRII'HERS, Michael, COLLINS, Steven y LUKES, Steven (eds.): Category of the Person: Anthropology, Philosophy, History, Cambridge, Cambridge
University Press, 1985. Además de ensayos
sobre Mauss, este libro contiene una traducción de su ensayo "A Category
of the human mind".
GANE, Mike (ed.): Radical Sociology
of Durkheim and Mauss, Londres, Routledge,1992.
LÉVI-STRAUSS, Claude: Introduction to
the Work of Marcel Mauss, trad. de Felicity Baker, Londres,
Routledge & Kegan Paul, 1987.
RITTER, Henning: "The ethnological revolution: On Marcel", trad.
de John Burns, Comparative Civilizations
Review, 22 (otoño de 1990), págs. 1-18.
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