Es un tópico decir que Freud fue un
hombre de su tiempo, que poseía los valores de un burgués decimonónico, que
estaba influido por el positivismo científico y el vitalismo, que sus opiniones
sobre la sexualidad estaban impregnadas por ciertas actitudes victorianas. Sin
embargo, desde otro punto de vista, es posible juzgar a Freud como un pensador
que fue y, con toda probabilidad, va a seguir siendo simultáneamente
controvertido, en sus afirmaciones sobre sexualidad y psique, y brillante y perturbador
en su modo de fundar el psicoanálisis a través del estudio de fenómenos que,
hasta entonces, se consideraban no analizables: por ejemplo, sueños o deslices
verbales.
Los textos de Freud resultan más que estimulantes en lo que
dicen como entidad (relativamente) discreta; son estimulantes también, incluso
principalmente, como rastro de una gran odisea intelectual en la que el
psicoanálisis atraviesa una transformación sutil dentro de un cuerpo textual en
evolución permanente. En parte, dicha transformación deriva del hecho de que
Freud no posee el control total de los conceptos (por ejemplo, vida, muerte,
placer, yo) que pretende explicar, debido a que éstos son frecuentemente
inestables. Brevemente, Freud, que subrayó la importancia de realizar un
trabajo constante de interpretación, Freud, que afirmó que, en última
instancia, un psicoanálisis era interminable, ese mismo Freud debe
interpretarse a la luz de la idea de "interpretación ilimitada" que
él inició.
Por consiguiente, quizá una de las lecturas más interesantes
de Freud es la que ha hecho el psicoanalista francés Jean Laplanche, discípulo
de Jacques Lacan. En pocas palabras, Laplanche ha sugerido que, especialmente
en relación con los conceptos de vida y muerte, casi todo el conjunto de la obra
freudiana –desde el "Proyecto de psicología científica", escrito en
1895, hasta "El problema económico del masoquismo", de 1924, pasando
sobre todo por Más allá del principio del
placer, de 1920– puede verse como un quiasmo en el que aquello que, al principio,
era vida (homeostasis), se hace muerte (tánatos), y lo que era muerte (energía
ilimitada) al principio se hace vida (Eros) (1). Laplanche demuestra que no hay
nada que sustituya a la lectura real de Freud.
Sigmund Freud nació en Friburgo el 6 de mayo de 1856, en una familia judía.
Cuando tenía cuatro años, su familia se trasladó a Viena, donde Freud vivió y
trabajó hasta 1938, cuando se vio obligado a huir a Inglaterra después del Anschluss. Aunque siempre se quejó del ambiente opresivo de la ciudad, Freud
no sólo vivió en ella casi toda su vida, sino que pemianeció con su familia en
el mismo domicilio casi cincuenta años: la famosa Bergasse 19. Fréud fue un
alumno brillante, siempre con las mejores notas en el instituto (Gymnasium), y se graduó con honores en
1873. En 1883 se tituló en medicina por la Universidad de Viena
y, en 1885, obtuvo una beca para ir a París a estudiar con el gran Jean Martin
Charcot, en Salpetrière. Charcot no sólo abrió a Freud el camino para tomar en
serio la enfermedad mental, con su diagnóstico de histeria y el uso de la
hipnosis; además fue un maestro carismático y estimulante por el que Freud
sintió una admiración permanente. A su regreso a Viena, en 1886, Freud se
estableció como médico. Murió en Londres el 23 de setiembre de 1939.
Durante sus años universitarios, el futuro psicoanalista
trabajó en el laboratorio del fisiólogo y positivista Ernst Brücke. También
causaron efecto en el joven Freud un colega contemporáneo e influyente de
Brücke, Hermann Helmholtz –que, entre otras cosas, escribía sobre termodinámica–
y el físico y filósofo Gustav Fechner. Todos ellos representaban el positivismo
y vitalismo médico que dominó en Viena y otros lugares durante los tres últimos
decenios del siglo xix. Su
influencia puede verse, especialmente, en la teoría de la energía física
"limitada" e "ilimitada" de Freud, dentro del "Proyecto
de psicología científica", publicado póstumamente. El mismo año en el que
escribió esta obra, 1895, Freud y Breuer publicaron sus Escritos sobre la histeria, basados inicialmente en el caso de Anna
O. Con esta obra, las investigaciones de Freud en materia de actividad psíquica
adoptaron una nueva dirección, puesto que el elemento que pareció causar la
recuperación de Anna O. a través de la catarsis (la liberación de las
tensiones) fue lo que la paciente denominó la "cura parlante". En
efecto, la "cura parlante" es el resultado de avanzar con arreglo al
modelo fisicista o vitalista de la psique: la tensión se libera (se logra la
homeostasis) hablando e interpretando, es decir, manipulando los significados.
Como muestra Laplanche, el paso
desde el modelo vitalista de psique observado en el análisis de la histeria se
ve de forma más espectacular en un caso relatado en el "Proyecto" de
1895, un texto que establece con mayor claridad el modelo cuantitativo de la
psique, la psique como "una especie de economía de la fuerza
nerviosa", como escribió Freud en una carta a Fliess. El caso mencionado
es el de una joven, Emma, que tiene miedo de entrar sola en las tiendas. En el
análisis, Emma relaciona su síntoma con el recuerdo de entrar en una tienda a
los doce años, ver a dos vendedores que reían y huir aterrada. La investigación
análitica revela que, tras esta escena, se encuentra otra: a los ocho años,
Emma había entrado en una tienda a comprar golosinas y el tendero había tocado
sus genitales a través de la ropa. Pero, en su momento, Emma no lo había considerado
un hecho traumático. Lo que resulta significativo respecto a ambas escenas es
que la primera es un recuerdo traumático pero un hecho inocente, mientras que
la segunda (cronológicamente la primera) es un suceso potencialmente traumático
pero un recuerdo inocente, precisamente porque no se experimentó como
traumático. Sólo cuando el periodo intermedio de la pubertad dio a la violación
todo su significado se convirtió en un hecho traumático en sentido psíquico,
pero, entonces, sólo como huella en la memoria, podría decirse que sólo
mediante el desplazamiento. Esta noción de desplazamiento resulta crucial,
porque hace que sea imposible la atribución categórica de un trauma a un hecho
físico. Al contrario, indica que toda idea de trauma en un sentido humano debe
tener en cuenta su significado
retrospectivo. En otras palabras, la interpretación fisicista o vitalista de la
psique resulta insuficiente. Así se revela la propia realidad del
desplazamiento –que Freud describió más extensamente en La interpretación de los
sueños– dentro de la estructura del texto del autor, cuando se ve obligado
a modificar su teoría positivista de la vida psíquica mediante el
enfrentamiento con los hechos de la psique: los de la suya, que abordó en la
introspección, y los de sus pacientes.
La psique es, pues, una estructura
de significado antes de ser una entidad física. Está relacionada con los
procesos simbólicos y requiere una interpretación. Después de ver que el
elemento de interpretación es crucial para la vida psíquica, el modelo
cuantitativo –y, más recientemente, el conductista– de psique resulta
insuficiente. Esta división aparente en la obra de Freud entre el nivel físico
y biológico y el nivel simbólico ha sido, quizá más que ninguna otra cosa, el
centro de numerosos debates y malentendidos. En relación con la sexualidad, por
ejemplo, muchos comentaristas angloamericanos han tendido a despreciar la
teoría de la sexualidad de Freud porque la intepretan en términos biológicos,
es decir, de manera positivista y no simbólica.
En La interpretación de los sueños, Freud empieza por afirmar con
claridad que, en su intento de lograr una comprensión más profunda de los
sueños, su método se diferencia de los anteriores en que no se basa en un
código de sueños previo. Propone estudiar el material de esos sueños por sí
mismo. En términos muy generales, Freud demuestra que la interpretación de los
sueños debe ser especial porque un sueño es la realización de un deseo, el
deseo de que no se entienda en el plano de su contenido manifiesto. Un sueño
contiene invariablemente un mensaje oculto, relacionado con la sexualidad del
que sueña. Si se toma literalmente, mucha gente podría pensar (muchos han
pensado) que es una afirmación increíble. ¿Cómo es posible estar seguros de que
un sueño se relaciona esencialmente con la sexualidad? La respuesta más rápida
es que la sexualidad está esencialmente oculta; tiene que estarlo, podría
añadirse. Ello quiere decir que la sexualidad está asociada a los signos y lo
simbólico. No es un impulso animal
(aunque, en ocasiones, el propio Freud parece haberse sentido atraído por esa
opinión), sino que está imbricada en todos los desplazamientos de la vida social
y cultural. En este caso, desplazamiento significa una vía indirecta. En La interpretación de los sueños, Freud
define el desplazamiento como una de las formas en las que la actividad del
soñador oculta el mensaje inconsciente del ensueño. Forma parte, junto a la
condensación, del proceso primario. El desplazamiento se refiere al modo en que
un elemento (o varios) del contenido manifiesto del sueño puede ser
insignificante, o incluso estar ausente, en el contenido latente: las ideas
soñadas. La condensación se refiere a que resulta escaso el contenido
manifiesto de un sueño en comparación con la cantidad de ideas soñadas que
pueden derivarse de él. Cada elemento del sueño puede generar múltiples líneas
de asociación. Freud lo llamó superdeterminación. El desplazamiento y la
condensación, por tanto, implican que un sueño requiere interpretación (no
puede equivaler a su contenido manifiesto). Ambos procesos son, además, dos
aspectos de la actividad soñadora que sirven para ocultar el verdadero
significado del ensueño (inevitablemente sexual) y que, por consiguiente,
permiten el cumplimiento de un deseo: el enmascaramiento de pensamientos
inconscientes.
Como mencionamos más arriba, el
punto de partida de Freud es que no existe ningún código predeterminado para intepretar
un sueño. Cada elemento (normalmente, una imagen) debe interpretarse como si
fuera la primera vez. La razón es que el ensueño no es tanto el resultado de procesos
lingüísticos como un lenguaje en sí mismo: se aproxima a un ideolecto. Quizá el
hecho de que Freud demostrara cómo un sueño estiraba hasta el límite el
lenguaje y la interpretación es el motivo de que su obra haya ejercido
influencia en campos ajenos al psicoanálisis, relacionados con la
interpretación de textos.
Para comprender el significado de
la ocultación y la distorsión en los sueños, Freud demuestra que es también
preciso entender el papel de la represión. Esta última está, por supuesto,
estrechamente unida al inconsciente. Y lo que se reprime son las ideas
inconscientes en los sueños. Desde cierto punto de vista, el que sueña –y, por
tanto, el analizando– reprime recuerdos dolorosos y traumáticos de carácter
sexual; en esta lectura, la represión es fundamentalmente una forma de defensa.
Sin embargo, después de la labor de Jacques Lacan, se ha dado una
interpretación más estructural. En ella, la represión se relaciona con la
propia formación del sujeto en el lenguaje y lo simbólico. Sería aquello que
permite la distinción entre sujeto y objeto. Pero, si es así, ¿por qué es necesario
lograr acceso al material reprimido? Si la represión es una necesidad
estructural, ¿por qué hay que "descubrirla"? La respuesta es, en
parte, como demostró Freud, que la represión puede dejar de funcionar, provocar
un síntoma (que Freud denomina formación de compromiso) y la repetición
inconsciente. El primero resulta inexplicable para el sujeto y la segunda,
frecuentemente, se escapa por completo a la conciencia. En ambos casos, el
objetivo pasa a ser el de intepretar el síntoma y la repetición, con lo que se
confirma y quizá se expande el terreno de lo simbólico. Lo inconsciente par excellence es el trauma sexual: es
decir, lo que no puede decirse o simbolizarse, y que sólo se conoce a través de
sus repercusiones en lo simbólico. Partiendo de esta base, la obscenidad
representaría el paso entre lo simbólico y lo inconsciente (trauma).
Por supuesto, Freud es famoso también por haber formulado el concepto
del complejo de Edipo. Literalmente, se trata del fenómeno, observado por él (y
que figura en su propia introspección), en el que el hijo (como el Edipo del
mito griego) desea deshacerse de su padre para acostarse con su madre. Un tema
semejante surge en Tótem y tabú,
en el que Freud se refiere al mito de matar y devorar al padre en la horda
primitiva de Darwin. Los hijos, en un acto de contrición y culpa, renuncian al
acceso inmediato a las mujeres del padre, con lo que instituyen el orden simbólico:
el orden de la ley. Edipo y la historia de la horda primitiva son dos muestras
de cómo el inconsciente (el proceso primario) intenta siempre evitar la
represión y rodear, de esa forma, el orden simbólico (el proceso secundario). Deja
su huella en lo simbólico como síntoma (por ejemplo, los deslices verbales).
Un aspecto del pensamiento freudiano que ha causado grandes debates
es el concepto del yo. Freud lo definió en relación con otros dos términos: el
id –o depósito, o energía afectiva– y el superyó, el yo ideal, representante de
la realidad externa. Un punto fundamental de controversia ha sido si el yo
equivale al conjunto de la personalidad –en cuyo caso, incluiría el id y el
superyó dentro de sí mismo– o si es un intermediario que intenta diferenciarse
de los otros dos (id y superyó). La primera opinión introduce la posibilidad de
un yo idéntico, en definitiva, a sí mismo, mientras que la segunda hace dificil
la posibilidad de la propia identidad.
Otro factor de complicación en relación con el yo es el
narcisismo. El yo sujeto se hace objeto de sí mismo, poniendo nuevamente en
tela de juicio la noción de una entidad idéntica a sí misma. Por su parte, la
psicología americana del yo ha tendido a considerarlo como centro de la
percepción y la conciencia, lo cual abre la posibilidad de un yo con la
capacidad de tener una conciencia total de sí mismo. Como señalan Laplanche y
Pontalis, al margen de cualquier otra cosa que pueda decirse, los textos de
Freud no dejan dudas sobre la ambigüedad que predomina en ellos en relación con
el yo y, podemos añadir, en relación con muchos de los conceptos esenciales del
psicoanálisis. Y quizá es inevitable, en una oeuvre en evolución permanente y que, en definitiva, pretende
arrojar luz sobre los mecanismos de su propia elaboración.
Freud dejó una obra amplia y heterogénea: trabajos basados en
un modelo biológico de la psique; obras metapsicológicas que esbozan conceptos
clave; estudios de casos derivados de la práctica clínica; escritos
autobiográficos e históricos; obras basadas en datos antropológicos e
históricos; estudios de la vida cotidiana y obras didácticas que pretendían
explicar el psicoanálisis a un público más amplio. Pero lo que dejó, tal vez,
por encima de todo, es una oeuvre que
no oculta el proceso de su propia evolución: los falsos comienzos, los
descubrimientos, la continua modificación de conceptos esenciales. Ello
significa que, para el lector contemporáneo, su legado más significativo es el
hecho de que su texto requiere, más que nunca, una interpretación.
NOTAS
1. Jean Laplanche, Life and
Death in Psychoanalysis, trad. de
Jeffrey Mehlman, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1976.
PRINCIPALES OBRAS DE FREUD
La referencia habitual para todas
las obras de Freud en español es Obras
completas, 3 vols., Madrid,
Biblioteca Nueva. Indicamos, además, la referencia bibliográfica de las obras
mencionadas en este artículo:
Escritos sobre la
histeria (1895), Madrid, Alianza, 1988.
La
interpretación de los sueños (1900), 3
vols., Madrid, Alianza, 1993 y 1994.
Tótem y tabú (1912-1913),
Madrid, Alianza, 1993.
Proyecto de una psicología para neurólogos, Madrid, Alianza, 1981.
OTRAS LECTURAS
BRENNAN, Teresa: The Interpretation of
the Flesh: Freud and Femininity,
Londres y Nueva York, Routledge, 1992.
GAY, Peter: Freud. Una vida de nuestro
tiempo, Barcelona, Paidós, 1990.
JONES, Ernest: Vida y obra de Sigmund
Freud, 3 vols., Barcelona, Anagrama,
1981.
LAPLANCHE, Jean: Life and Death in
Psychoanalysis, trad. de Jeffrey
Mehlman, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1976.
WEBER, Samuel: The Legend of Freud,
Minneapolis , University of Minnesota
Press, 1982.
CRONOLOGIA
DE SIGMUND FREUD
1856
6 de mayo:
nace en Friburgo, Moravia, Imperio Austríaco, actualmente República Checa.
1859
La crisis
económica arruina el negocio de su padre, y la familia Freud se instala en
Viena con dificultades.
1865
Sigmund
comienza sus estudios secundarios con un año de adelanto sobre la edad
habitual.
1873
Termina sus
estudios con un examen final en el que consigue la calificación summa cum laude. Comienza la carrera de
medicina en la Universidad
de Viena.
1874
En la
universidad descubre los prejuicios antisemitas. Sigue los cursos de filosofía
de Brentano.
1875
Viaja a casa
de su hermanastro Philippe y de su sobrina Pauline, en Manchester, Inglaterra.
1876
Realiza sus
primeras investigaciones personales en Trieste sobre las glándulas sexuales de
las anguilas. Entra a trabajar en el laboratorio de Brücke, dentro del
Instituto de Fisiología.
1877
Publica el
resultado de sus trabajos sobre la anatomía del sistema nervioso central de la
larva de la lamprea.
1878
Durante sus
investigaciones, realizadas en el laboratorio de Brücke, está a punto de
descubrir la neurona (llamada así por Waldeyer en 1891). Comienza una larga
amistad con el médico Josef Breuer, catorce años mayor que él, de quien recibe
ayuda moral y material.
1879
Sigue con
cierto interés los cursos de psiquiatría de Meynert, atraído especialmente por
el aspecto neurológico de la cuestión.
1880
Breuer
comienza el tratamiento de Bertha Pappenheim (Anna O.). Freud traduce cuatro
ensayos de Stuart Mill (Sobre la cuestión obrera, La emancipación de
las mujeres, El socialismo y Platón). Escasamente interesado por
la práctica médica, decide dedicarse a la investigación o la docencia.
1881
Realiza
tardíamente, aunque con éxito, sus exámenes de fin de carrera.
1882
Conoce a
Martha Bernays. Breuer comenta con él el caso de Anna O., que había quedado
interrumpido desde hacía seis meses.
1884
Encargado de
realizar un estudio sobre la cocaína, Freud descubre las propiedades
analgésicas de la sustancia y sospecha que posee cualidades anestésicas, pero
descuida la investigación en ese sentido. Es duramente criticado en círculos
médicos por la utilización de la cocaína en la curación de su amigo Fleischl,
adicto a la morfina. Comienza a utilizar la electroterapia en el tratamiento de
las enfermedades "nerviosas". Consigue poner a punto un método de
coloración de los cortes neuronales, y publica un artículo sobre este tema.
Publica también una monografía sobre la coca.
1885
Durante breve
tiempo trabaja en una clínica privada, donde emplea ocasionalmente el
hipnotismo. Consigue un puesto de profesor agregado en la universidad. Obtiene
una beca para un viaje de estudios y decide ir a París para conocer de cerca el
trabajo de Charcot. En la
Salpêtrière , observa las manifestaciones de la histeria y los
efectos del hipnotismo y la sugestión.
1886
Abandona París
y viaja a Berlín, donde se interesa por la neuropatología infantil. De vuelta a
Viena, trabaja durante una temporada en el Instituto de enfermedades
infantiles. Comienza la práctica privada de la profesión. Contrae matrimonio
con Martha. Publica su traducción de Las lecciones sobre las enfermedades del
sistema nervioso (vol. III) de Charcot.
1887
Sin abandonar
la electroterapia, empieza a utilizar de nuevo el hipnotismo como tratamiento.
Octubre: nace su hija Mathilde. Diciembre: primera carta a Fliess.
1888
Publica su
traducción del libro de Bernheim, La sugestión y sus aplicaciones terapéuticas.
Mayo: en el caso de Emmy von N., aplica por primera vez un método inspirado por
Breuer.
1889
Viaja a Nancy
para ver a Bernheim y a Liébault. Diciembre: nace su hijo Martin, llamado así
en recuerdo de Charcot.
1891
Publica un
libro sobre la afasia, en el que critica la teoría de las localizaciones. Nace
su hijo Oliver.
1892
Escribe un
artículo sobre el tratamiento hipnótico. El caso de una paciente, Elisabeth von
R., le sugiere el método de las libres
asociaciones. Publica la traducción del segundo volumen de Bernheim. Nace
su hijo Ernst.
1893
16 de agosto:
muere Charcot. Freud escribe un artículo necrológico sobre él. Publica un
artículo sobre las parálisis histéricas en la Revue de neurologie. Formula la teoría de la
seducción traumatizante, que se verá obligado a abandonar cuatro años después.
Nace su hija Sophie.
1894
Publica un
artículo sobre las psiconeurosis de defensa. Traduce el libro de Charcot, Lecciones
del martes.
1895
Publica los
libros Obsesiones y fobias y Estudios sobre la histeria, este
último escrito en colaboración con Breuer. Diciembre: nace su hija Anna.
1896
Freud
escandaliza a su auditorio con una conferencia sobre la etiología sexual de la
histeria. Octubre: muere su padre, Jacob Freud.
1897
Viaja a
Italia. Descubre el complejo de Edipo.
1898
Publica Los
mecanismos del olvido y reúne ejemplos para un estudio sobre los
chistes.
1899
Publica sus
obras Recuerdos pantalla y La interpretación de los sueños.
1900
14 de octubre:
comienza el caso de Dora.
1901
Se edita El
sueño y su interpretación, resumen de La interpretación de los sueños.
Escribe Sueño e histeria, obra en la que expone el caso de Dora y que
será publicada, con diferente título, en 1905. Sus relaciones con Fliess
comienzan a deteriorarse. Publica Psicopatología de la vida cotidiana.
1902
Viaja a
Nápoles.
1903
Primeros
discípulos (Federn, Stekel, etc.).
1904
Viaja a
Atenas. Comienza su correspondencia con Eugen Bleuler.
1905
Publica Tres
ensayos sobre la sexualidad, El chiste y su relación con lo inconsciente
y Fragmento
de un análisis de histeria (caso de Dora).
1907
Febrero:
recibe la visita de Jung. Encuentro con Karl Abraham. Publica El
delirio y los sueños en Gradiva de W. Jensen.
1908
Febrero:
visita de Sándor Ferenczi. Abril: Congreso de Salzburgo. Setiembre: segundo
viaje a Inglaterra.
1909
Publica Análisis
de una fobia en un niño de cinco años (el pequeño Hans) y Observaciones
sobre un caso de neurosis obsesiva (el hombre de las ratas). Viaja a
América junto con Jung y Ferenczi. Pronuncia varias conferencias en la Clark University
de Worcester, Massachusets.
1910
Congreso de
Nuremberg. Fundación de la Asociación Psicoanalítica Internacional, de la
que Jung es el presidente. Se publican Cinco lecciones sobre el psicoanálisis
(recopilación de las conferencias dadas en América) y Un recuerdo de infancia de
Leonardo da Vinci. A partir de este año, y durante los dos siguientes,
publica varios artículos sobre la técnica del psicoanálisis.
1911
Dimisión de
Adler. Congresos de Weimar y de Budapest. Publicación de Observaciones psicoanalíticas
sobre la autobiografía de un caso de paranoia.
1913
Freud rompe su
relación con Jung. Congreso de Munich. Se publica Totem y tabú.
1914
Se publican El
Moisés de Miguel Angel y Contribución a la historia del movimiento
psicoanalítico. Dimisión de Jung.
1915
Escribe varios
ensayos sobre metapsicología y publica la primera parte de Introducción al psicoanálisis.
1917
Se publican La
aflicción y la melancolía y la segunda parte de Introducción al psicoanálisis.
1918
Publicación de
El
hombre de los lobos: extracto de la historia de una neurosis infantil.
1919
Se editan Más
allá del principio del placer y Se pega a un niño.
1920
Enero: muere
su hija Sophie.
1921
Publicación de
Psicología
colectiva y análisis del yo. Congreso de La Haya.
1922
Anna Freud
entra a formar parte de la Sociedad Psiconalítica de Viena. Congreso de
Berlín.
1923
Se le
diagnostica cáncer en la mandíbula y es operado. Publica El yo y el ello.
1925
Publica Mi
vida y el psicoanálisis y La negación. Diciembre: muere Karl
Abraham.
1926
Publicación de
Psicoanálisis
y medicina e Inhibición, síntoma y angustia.
1927
Se edita El
futuro de una ilusión.
1929
Publica El
malestar en la cultura.
1930
Recibe el
premio Goethe. Su hija Anna le reemplaza en la entrega del premio, en
Frankfurt, y lee el discurso de agradecimiento. Colabora con Bullit en la redacción
de Thomas
Woodrow Wilson, que recién es publicado en 1967. Muere la madre de
Freud.
1932
Edición de Nueva
introducción al psicoanálisis.
1933
Mayo: los
nazis queman las obras de Freud en Berlín.
1937
Publica Análisis
terminado y análisis interminable.
1938
Roosevelt y
Mussolini intervienen en favor de Freud. Junio: viaja a Londres.
1939
23 de
setiembre: muere Sigmund Freud en Londres.
1950
Se publica El
nacimiento del psicoanálisis, una recopilación de las cartas de Freud a
Fliess.
Hola! Te felicito por esta entrada. Me ha interesado mucho. Gracias. Parece que hace tiempo que abandonaste este blog. ¿Es así?
ResponderEliminar