Si el interés y las
aclamaciones de los críticos son un indicio, Noam Chomsky debería estar
considerado como uno de los lingüistas más importantes e influyentes del siglo
xx. Chomsky recibió su formación lingüística de Leonard Bloomfield, cuyo
empirismo conductista dominó la lingüística norteamericana durante los años 30
y 40, y de Zelig Harris, cuyas posiciones políticas durante los 50 atrajeron a
Chomsky más que su versión del estructuralismo lingüístico.
La aportación de Chomsky a la
lingüística y, por tanto, al pensamiento moderno, ha sido triple, en términos
generales. En primer lugar, trasladó el énfasis de la lingüística del plano
estrictamente descriptivo e inductivo (el nivel de la catalogación infinita de
expresiones de las que posteriormente se podían extraer conclusiones sobre la
gramática) al nivel ideal de la competencia y la "estructura
profunda", el nivel que abre la puerta al aspecto creativo del lenguaje.
En pocas palabras, Chomsky demostró, con sus conocimientos técnicos de
lingüística, que el lenguaje era algo más que su realización técnica. Segundo,
provocó una revisión del aprendizaje de la lengua al afirmar que la competencia
lingüística no se adquiere de manera inductiva, a través de un condicionamiento
conductista de estímulo y respuesta, sino que es la consecuencia de una
capacidad cognoscitiva innata que poseen los seres humanos. Es decir, la
libertad y la creatividad lingüística no se adquiere, sino que existe siempre
como un a priori rector. Tercero, la
distinción entre "competencia" y "actuación" –incluso
cuando no se entendía bien– ha servido de metáfora para los estudios
estructurales en otras disciplinas como la filosofía y la sociología (cfr. la
noción de "competencia comunicativa" en Habermas y el concepto de
"habitus" en Bourdieu, que son un eco de la idea
del agente de Chomsky).
Hay que destacar que Chomsky
se ha convertido asimismo en un intelectual liberal y de izquierdas sin pelos
en la lengua, que se opuso enérgicamente a la participación norteamericana en
la guerra de Vietnam y que ha escrito casi una docena de libros sobre problemas
políticos actuales, tanto nacionales como internacionales. Entre los más
conocidos están: American Power and the
New Mandarins (1969); The Backroom Boys (1973); Human Rights and
American Foreign Policy (1978); The
Fateful Triangle: The United States, Israel and tbe Palestinians (1983); Necessary Illusions: Thought Control in
Democratic Societies (1989); y Deterring
Democracy (199l).
En lo que pareció un tremendo
desliz de juicio político, Chomsky –que es judío, y cuyo padre fue un
especialista en hebreo– escribió un prefacio en 1980 al famoso libro de Robert
Faurisson contra la existencia de las cámaras de gas nazis. Chomsky defendió su
acción por el principio (equivocado) de que, para un liberal coherente, todas
las corrientes de opinión tienen derecho a hacer oír.
Noam Chomsky nació en
Filadelfia en 1928. Sus primeros estudios los realizó en una "escuela
progresiva experimental" y en la Central High School de Filadelfia. En la
Universidad de Pensilvania estudió matemáticas y filosofía, además de
lingüística bajo la influencia de Zelig Harris. Aunque obtuvo su doctorado en
Pensilvania, la mayor parte del trabajo para él lo llevó a cabo en la
Universidad de Harvard entre 1951 y 1955. Desde 1955, Chomsky enseña en el
Massachusetts Institute of Technology, donde está en posesión de una cátedra
desde 1976.
A través de su padre –que
publicó Hebrew: The Eternal Language
(1958)–, Chomsky entró en contacto con la lingüística histórica. De hecho, su
primer escrito importante fue su tesis de maestría, no publicada, titulada
"Morphophonemics of modern Hebrew" (1951). Dado el interés paralelo
de Chomsky por la lógica y las matemáticas, era de esperar que la obra de lógicos
(Goodman, Quine, Kripke, Lakatós, Hintikka) y filósofos analíticos (Austin,
Wittgenstein) le interesasen más que los filósofos o los lingüistas de la
llamada tradición continental. Este interés ha dado a los textos de Chomsky, en
ocasiones, el estilo austero que imita el rigor putativo de las ciencias
naturales. Como él mismo ha dicho, el interés intelectual de la lingüística,
como ocurre con la física, reside no tanto en los fenómenos (los productos del
lenguaje) como en el poder explicativo de sus principios (1). "La ciencia
natural –afirma Chomsky–, a diferencia de la historia natural, no se ocupa de
los fenómenos en sí mismos, sino de los principios y explicaciones que se
relacionan con ellos" (2). Este enfoque –también evidente en sus trabajos
sobre lógica– implica tomar como axiomáticos un estilo (uso de la notación),
formato (uso de microejemplos) y método (idealización) determinados, de forma
tan general que quedan libres de escrutinio crítico. Ello ha supuesto que,
aunque en otros lugares (por ejemplo, Francia) se ha recogido la obra de
Chomsky, él se ha visto muchas veces incapaz de emprender el diálogo con
lingüistas cuyos presupuestos proceden de una tradición diferente.
Al principio, Chomsky se
propuso explicar de qué modo un usuario ideal del lenguaje podía generar y
entender frases gramaticales nuevas y únicas sin haberse encontrado nunca con
ellas en la práctica. Como consecuencia, decidió demostrar la existencia de una
serie de reglas de transformación, definida y descriptible, que constituían la
"competencia" del usuario ideal del lenguaje, y que dicha competencia
permitía generar oraciones gramaticales. La "actuación", que equivale
al número limitado de oraciones gramaticales que ejecutan realmente los
usuarios del lenguaje, ofrece pruebas (un corpus) para investigar la
competencia, a juicio de Chomsky, que añade que ésta no implica una apreciación
e invocación consciente de las reglas generativas por parte del hablante, sino
que debe considerarse un equivalente del modo de estar del hablante en el
lenguaje. En otras palabras, la competencia es la condición de posibilidad del
lenguaje: es un elemento constituyente del hablante, y no al contrario.
En cuanto a los aspectos de
la teoría del lenguaje de Chomsky, debemos centrarnos, primero, en la noción de
gramática "generativa". La gramática generativa es una especie de
sistema elemental de reglas que definen y producen periódicamente las
transformaciones en la oración. Está unida a la "competencia" básica
del hablante y oyente ideal, una competencia que permite la elaboración de un
número potencialmente infinito de oraciones bien formadas.
"Generativa" evoca el término matemático "generador". Éste
produce una "función generadora" –por ejemplo, 2x + 3y - z– que
genera una serie infinita de valores. Por su parte, Chomsky define la gramática
generativa como una serie de reglas que, al definir una serie (de objetos)
"se puede decir que genera esa
serie" (3). Y continúa:
Se puede decir que [una]
gramática (generativa) produce una serie de descripciones estructurales, cada
una de las cuales, idealmente, incorpora una estructura profunda, una
estructura superficial, una interpretación semántica (de la estructura
profunda) y una interpretación fonética (de la estructura superficial) (4).
La estructura (porque eso es
lo que es) de una gramática generativa puede ser –siguiendo el método de
Chomsky en Syntactíc Structures– de
tres tipos básicos (recordando que una gramática explica cómo se generan las
oraciones):
1. Gramática del estado finito: es sólo lineal, de modo que las
oraciones se producen mediante sencillas elecciones de izquierda a derecha, y
cada elección limita el alcance de la elección sucesiva.
2. Gramática de la estructura de frases: corresponde al análisis (la
clasificación de los elementos constitutivos de la estructura
"superficial" de una oración), y se ocupa de los múltiples
significados posibles en los mismos constituyentes de la frase: "old men and women" (para tomar el
ejemplo que ofrece Lyons) puede significar (old
men) and women [(hombres ancianos) y mujeres] o old (men and women) [hombres
y mujeres ancianos].
3.
Gramática transformativa: se trata de un modo de derivar una nueva
estructura de constituyentes (por ejemplo, de la forma activa a la forma
pasiva) mediante una serie de reglas basadas en la cadena horizontal de la
estructura de base de la oración (representada por un marcador de frase) el
"árbol" vertical que resulta de tener en cuenta cómo se produjo esa
cadena.
Chomsky fue capaz de
demostrar que la gramática de la estructura de frases y la transformativa son
más poderosas (es decir, pueden hacer más cosas) que la gramática de estados
finitos, y que la gramática transformativa es una gramática más poderosa que la
de estructura de frases. La gramática transformativa es la contribución
esencial de Chomsky a una teoría general de la gramática. Las otras dos –aunque
previamente no estaban formalizadas– ya existían antes de su trabajo. Sólo una
gramática transformativa puede derivar las reglas básicas que constituyen al hablante
y oyente ideal, por ejemplo, del inglés. La lógica en la que se basa la
gramática transformativa es que, si cada expresión implicase una sola regla
como condición para ser aceptable, existirían demasiadas reglas. Claramente, el
número de reglas no es equivalente al número de expresiones; está implícito en
cualquier gramática. Por otro lado, Chomsky señala que si no se puede demostrar
que muchas oraciones –aparentemente distintas en un nivel
"superficial" de la gramática de estructura de frases– son, en
realidad, transformaciones de la misma regla, la gramática adquiere una
complejidad casi infinita y contiene escaso poder explicativo. La gramática de
estructura de frases sería demasiado compleja si fuera la única encargada de
suministrar todas las reglas de la formación de oraciones en el hablante y
oyente ideal. En resumen, pues, una gramática transformativa es una forma de
reducir la formación de oraciones al menor número de reglas posible. Desde una
perspectiva ligeramente distinta, la gramática transformativa, que suministra
las reglas de la competencia, equivale al concepto de la "estructura
profunda" de Chomsky.
Es preciso examinar otra
faceta de la teoría del lenguaje de Chomsky antes de pasar a una breve
valoración de su obra. Se trata de su intento de reforzar la teoría de la
gramática generativa uniéndola a una noción de "capacidad
cognoscitiva" (5).
Dado que Chomsky opina que no
podemos explicar la adquisición del lenguaje y la competencia lingüística (que
presupone la creatividad lingüística) de forma inductiva, ni gracias a ninguna
versión de la teoría del estímulo y la respuesta, recurre a la idea de una
capacidad lingüística innata, específicamente humana, como forma de explicar la
naturaleza del lenguaje humano. En concreto, ha estado muy apegado a la opinión
cartesiana de que el lenguaje y la mente están tan estrechamente vinculados que
el conocimiento del lenguaje permite el conocimiento de la mente humana. Es
decir, para el inventor de la gramática generativa, el lenguaje es fundamentalmente
una parte de la psicología humana, entendiendo psicología como una teoría de
las facultades de la mente humana. La competencia lingüística tiene un origen
menos lingüístico que psicológico; o ¿no deberíamos decir que el origen del
lenguaje es el sujeto psicológico? Aquí, Chomsky refleja especialmente la
influencia de Descartes y la tradición racionalista y científica del siglo xvii. En lugar de conceder al lenguaje
un carácter autónomo –como acabó pasando en el siglo xx, con 1a concepción
estructuralista del lenguaje mantenida por Saussure–, el racionalismo del siglo
xvii lo consideraba como una
expresión del sujeto psicológico. Al parecer, Chomsky cree que sólo
identificándose con está tradición puede hacerse justicia a la esencia dinámica
y creadora del lenguaje y evitar una recaída en alguna forma de explicación
empirista. Para, Chomsky, el empirismo incipiente (o totalmente desarrollado)
de Saussure le hace inaceptable para la lingüística generativa. De acuerdo con
la lingüística cartesiana, Saussure terminaba dando prioridad a la parole (habla) por encima de la langue (estructura gramatical) (6).
¿Cómo podemos juzgar,
entonces, la obra de Chomsky? Es necesario reconocer que toda evaluación
profunda de la gramática generativa deberá tener en cuenta los considerables
conocimientos técnicos de Chomsky en materia de lingüística. Sin embargo,
ciertas cosas son muy discutibles, incluso para el profano. Pese a que la
teoría de la gramática generativa es, sin duda, uno de los logros intelectuales
del siglo xx, resulta limitada, al
menos, en cuatro aspectos.
La primera de dichas
limitaciones se refiere al concepto de idealización. En este sentido,
recordemos que "competencia" se refiere a la "competencia del
hablante y oyente idealizado". El problema no es que la
"competencia" sea imaginaria (es decir, nunca llevada totalmente a
cabo en la práctica), sino el hecho de que dicha competencia se identifique con
un componente no lingüístico, el "hablante y oyente" ideal, y no con
el propio lenguaje. Aquí, la idealización es compatible con la opinión
racionalista de Chomsky de que el lenguaje es una expresión de algo distinto,
una capacidad cognoscitiva individual inseparable de la psicología de cada
persona. La pregunta que surge es qué debe ser el lenguaje para constituir una
expresión de la psicología individual. Pero ¿el lenguaje es sólo una expresión
de algo? Es decir, ¿es totalmente transparente? La semiótica y la poética
modernas sugerirían que la respuesta es negativa, porque también existe el lenguaje
poético, el lenguaje (relativamente) opaco.
Supongamos que Chomsky
respondiera afirmando que la idealización es una exigencia metodológica y no
debe confundirse con cómo es el lenguaje en sí. El inconveniente es que resulta
imposible evitar la sensación de que se está vinculando la idealización al
principio de competencia per se (la
competencia equivale a un número infinito [= ideal] de oraciones). Otro
problema de la idealización es que no logra justificar –como ha demostrado
Kristeva– el lenguaje como proceso de
realización. El plano de la "actuación" de Chomsky no altera este
hecho. Porque la actuación se limita a centrarse en las expresiones ya
emitidas; no explica el hecho de su
proceso de realización: el plano del discurso de Benveniste. Como consecuencia,
la visión del lenguaje de Chomsky es estática, más que dinámica.
Otro problema planteado por
la lingüística de Chomsky surge del énfasis dado a la competencia del hablante
nativo como hablante modelo de una lengua. Aquí hay que tener en cuenta dos
aspectos (al menos). El primero es si el hablante nativo (el que habla una
lengua "materna") es un modelo adecuado de cómo funciona el lenguaje.
Aunque el hecho de basarse en el hablante nativo puede tener ventajas a la hora
de evaluar la gramaticalidad, ¿no podría proponerse que, idealmente, los
hablantes puedan adquirir la competencia de un nativo en varias, o hasta
muchas, lenguas? El hecho de que no lo hagan no debe atribuirse necesariamente
a la propia naturaleza del lenguaje. Segundo, podría sugerirse que un aspecto
esencial del lenguaje es la posibilidad de traducirlo. Al centrarse en la
competencia del hablante nativo, Chomsky pasa por alto la cuestión.
Por último, el racionalismo
de Chomsky parece ser una reacción exagerada al conductismo y al empirismo
característicos del ambiente filosófico y lingüístico angloamericano en el que
se formó. Por ello aparece con frecuencia como el racionalista sitiado que
intenta abrirse camino penosamente contra las fuerzas del empirismo. Sin
embargo, los grandes debates teóricos actuales sobre lenguaje y filosofía no se
limitan, en absoluto, a los que ha provocado la realidad entre racionalismo y
empirismo. El hecho de que los escritos teóricos de Chomsky no parezcan haberlo
advertido así es una limitación grave.
NOTAS
1.
Noam Chomsky, Language and Responsibility, Based on
Conversations with Mitsou Ronat, trad.
de John Viertel, NueYork, Pantheon Books, 1979, páginas 58-59.
2.
Ibíd., pág.
59.
3.
Noam Chomsky, Language and Mind (edición aumentada), Nueva York, Harcourt Brace Jovanovich,
1972, página 126.
4.
Ibídem.
5.
Véase, por ejemplo, Noam
Chomsky, Reflections on Language,
Londres, Temple Smith, en asociación
con Fontana Books, 1976, reed. en 1977, cap. 1 y pássim.
6.
La ironía es que casi
todos los críticos de Saussure (por ejemplo, Bourdieu) tienden a afirmar que
daba prioridad a la langue por encima
de la parole.
PRINCIPALES OBRAS DE
CHOMSKY
Sintactic Structures, La Haya, París, Mouton, 1957.
Current Issues in
Linguistic Theories, La Haya, Paris, Mouton,
1964.
Aspects of tbe Theory of
Syntax, Cambridge,
Mass., MIT Press, 1965.
Cartesian Linguistics: A
Chapter in the History
of Rationalist Thought, Nueva York, Harper & Row, 1966.
The Sound Pattern of
English (con Morris Halle), Nueva York, Harper &
Row, 1968.
Chomsky: Selected
Readings, ed. de J. P. B. Allen y Paul Van Buren,
Londres y Nueva York, Oxford University Press, 1971.
Studies on Semantics in
Generative Grammar,
La Haya, París, Mouton, 1972.
The Logical Structure of
Linguistic Theory,
Nueva York, Plenum Press, 1975.
Reflections on Language, Londres, Temple Smith en asociación con Fontana Books, 1976.
Rules and Representations,
Oxford, Basil Blackwell, 1980.
Language and Problems of
Knowledge: The Managua Lectures, Cambridge, Mass., MIT Press, 1988.
Selección de traducciones
al español:
El conocimiento del
lenguaje, su naturaleza, origen y uso, Madrid,
Alianza, 1989.
Barreras, Barcelona, Paidós, 1990.
Ensayos sobre forma e
interpretación, Madrid, Cátedra, 1982.
Ilusiones necesarias, Madrid, Libertarias-Prodhufi, 1991.
El lenguaje y el entendimiento, Barcelona, Seix Barral, 1986.
El lenguaje y los
problemas del conocimiento, Madrid, Visor, 1992.
Lingüística cartesiana, Madrid, Gredos, 1991.
Política y cultura a finales del siglo xx,
Barcelona, Ariel, 1994.
Sobre el poder y la
ideología, Madrid,
Visor, 1989.
OTRAS LECTURAS
ALEXANDER, George (ed.): Reflections
on Chomsky, Oxford, Cambridge,
Mass., Basil Blackwell, 1990.
BOTHA, Rudolph P.: Challenging
Chomsky:The Generative Garden Game, Oxford y Nueva York, Basil Blackwell,
1989.
LYONS,
John: Chomsky, Hassocks, Harvester
Press, 2ª. ed., 1977.
MODGIL, Sohan y MODGIL, Celia (eds.): Noam Chomsky: Consensus and Controversy, Nueva York, Falmer Press, 1987.
NIQUE, Christian: Introducción metódica a la gramática generativa,
Madrid, Cátedra, 1982.
RADFORD,
Andrew: Transformational Syntax: A Student's Guide to Chomsky's
Extended Theory, Cambridge, Cambridge University Press, 1981.
SEARLE,
John: La revolución de Chomsky en lingüística, Barcelona, Anagrama,
1974.
Link para ver o descargar el documental de 2015 sobre Chomsky, Requiem for the American Dream dirigido por Kelly Nyks:
ResponderEliminarhttps://yts.mx/movies/requiem-for-the-american-dream-2015