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jueves, 1 de noviembre de 2012

Friedman, Milton


 
   Nueva York, Estados Unidos, 31 de julio de 1912. Estudió primeramente en las universidades de Rutgers y Chicago, doctorándose en Filosofía y Letras por la Universidad de Columbia en 1946. Entre 1937 y 1945 fue investigador en el National Bureau of Economic Research, Nueva York. Catedrático en las universidades de Minnesota (1945-1946) y Chicago (1946-1977). y del Instituto Hoover (1977-2006). Entre las innumerables distinciones que ha obtenido por su labor académica y científica se pueden mencionar la Clark Medal, Chicagoan of the Year y Private Enterprise Exemplar Medal. Ha recibido además el Premio Nobel de Economía de 1976. Murió en San Francisco el 16 de noviembre de 2006.

   ¿Cómo encarar el comentario de una obra tan rica en calidad y cantidad como la de Milton Friedman? En este caso, se puede pedir ayuda a una célebre distinción que practicó Schumpeter.
   En efecto, el gran economista austríaco diferenciaba la visión (preanalítica) del análisis (la caja de instrumentos). El análisis se vinculaba al desarrollo de la logística conceptual, entre otros factores, que permitía encarar el fenómeno económico; la visión constituía el "eje de concepción" que actuaba como savia del edificio analítico y que recibía inspiraciones de orden filosófico, político y social.
   En Friedman, la función del "consumo permanente", la función de "demanda de dinero", la regla de crecimiento del dinero, son aspectos analíticos o de fuente analítica; pero estarían sujetos "en el aire" si no se los remite a una visión que los integre y apoye.
   En términos de "visión", Friedman aparece como el líder de la contrarrevolución económica (antikeynesiana) y un "cruzado" monetarista. Entrado el segundo tercio del siglo, las variantes del keynesianismo imponían algo así como un paradigma o un consenso dominante. Pese a esto Friedman, inscrito en la tradición de la Escuela de Chicago (aunque Patinkin relativizó esta tradición), escribía trabajos recogidos en Studies in the Quantity Theory of Money, en los que se revalorizaba la teoría cuantitativa de la moneda. La contrarrevolución económica se ponía en marcha; irrumpía una nueva (o no tan nueva) visión económica.
La visión que hasta ese momento dominaba –la de Keynes– consideraba al capitalismo como intrínsecamente inestable. Esto, analíticamente, tenía que ver con el rechazo keynesiano de la vieja teoría cuantitativa de la moneda, que concebía el pleno empleo como un dato seguro, que computaba expectativas ciertas y estáticas, y que fijaba de facto la constancia de la velocidad de la circulación (V) o de su inversa: los saldos monetarios retenidos (K).
La teoría cuantitativa reputaba al dinero como neutral y concluía siendo una teoría del nivel de precios a largo plazo. Keynes demostró que el dinero no es neutral, y que se lo demanda como un activo. Además de los motivos "transacción" y "precaución", hay un motivo "especulación" que alimenta la demanda de dinero, y que se vincula con las expectativas sobre las tasas de interés futuras y con la incertidumbre en general. La tasa de interés se determina al enfrentarse la oferta de dinero no consumido por los motivos transacción y precaución con la demanda apoyada en el motivo especulación.
De la relación entre el tipo de interés y la eficiencia marginal del capital surgía el nivel de inversión, que a través del "multiplicador", impactaba en el nivel de empleo (apareciendo éste como un factor variable). Ningún automatismo capitalista aseguraba un tipo de interés tal que habilitara necesariamente una inversión suficiente para deparar pleno empleo. Podía ayudar a veces el aumentar la cantidad de dinero, pero el efecto buscado (caída de las tasas de interés) corría riesgo de frustrarse por la presencia de la "trampa de liquidez". Entonces debía irrumpir el Estado con la inversión pública actuando como estabilizadora. El Estado estabilizaba el capitalismo.
Friedman impugna esta noción de inestabilidad del capitalismo, entendiéndolo a través de las fuerzas y de la iniciativa privadas. Le sirve la estabilidad que cree encontrar en la velocidad de circulación (V), y que Keynes refutaba. Friedman recoge la teoría cuantitativa de la moneda, pero remozándola. Surge una "nueva" teoría cuantitativa que será una teoría de la "demanda de dinero" o del "ingreso nominal", recogiendo así elementos keynesianos. Friedman es un cuantitativista después de Keynes.
El líder de la contrarrevolución económica meterá las distintas formas de riqueza –con sus rendimientos– en la función de demanda de dinero, y pondrá atención en M/p: los saldos monetarios reales, que expresan el poder de compra de una masa de dinero sobre la cesta de bienes. Tales saldos varían lentamente, dependiendo de factores a largo plazo (aquí está la estabilidad de la velocidad de circulación, pero sobre bases menos mecánicas que en la vieja exposición cuantitativista). Frente a aquéllos, la oferta de moneda puede afrontar cambios sustanciales y frecuentes.
El neocuantitativismo busca enfocar la determinación del ingreso nominal, tal como se expresó antes. Cuando aumenta la oferta monetaria, con cierto retraso, se incrementa la producción; y, con un retraso mayor, aumentan los precios. De esta manera Friedman acepta que el dinero no es neutral hasta cierto punto y que puede influir en un aumento de la producción; pero el efecto a la postre se frustra y comienzan los precios a subir. En definitiva, la moneda carece de un potencial sustantivo para hacer crecer la producción.
En rigor, la "no neutralidad" del dinero es percibido por Keynes a través de la tasa de interés que impacta en el proceso inversor, manejando una gama muy estrecha de alternativas de colocación: dinero-bonos. Friedman multiplica grandemente las alternativas, y los diferentes activos son sustitutos muy próximos. Más que una "tasa de interés" hay "numerosas" tasas. Por eso, el nexo "tasa de interés-inversión" tiene una importancia menor, con lo cual el aumento de dinero tiende a canalizarse, en definitiva, hacia un mayor gasto y consumo de bienes.
Podemos ir extrayendo las conclusiones:
1. Un brusco aumento de la cantidad de dinero, impacta algo al principio en la producción de bienes, pero a la postre genera inflación, porque las personas observan que en la relación M/p, el numerador ha aumentado y entonces gastan ese excedente. El dictum es inapelable: la inflación, a largo plazo, es "siempre y en todo lugar un fenómeno monetario".
2. La intervención estabilizadora del Estado es vana, lo que es ratificado por el denominado "consumo permanente". Los consumidores no se atienen a influencias transitorias para consumir sino a expectativas de ingreso de más largo plazo. Por ende cualquier intento de incidir en el consumo por vía fiscal, es neutralizado por actos de "ahorro-desahorro".
3. Por lo tanto, la moneda es el mejor estabilizador. Pero siempre que no se guíe por vicisitudes coyunturales. Nadie conoce bien los efectos de eventuales cambios en la cantidad de dinero en el plano coyuntural. El análisis de Friedman respecto de la Gran Depresión, demuestra, no que el dinero fuera inocuo para estabilizar, sino que la política monetaria, bien encarada, tiene un potencial estabilizador clave.
4. La curva de Phillips tiene un alcance explicativo parcial. Con ella se quería explicar el compromiso entre inflación y empleo. Pero, dice Friedman, sólo se obtiene un mayor empleo cuando juega una inflación inesperada. Cuando la inflación es "esperada", el efecto empleo desaparece. Luego, a largo plazo, la curva de Phillips es vertical. El desempleo existente es inabsorbible; traduce la tasa natural de desempleo.
Hemos repasado algunos instrumentos analíticos usados por Friedman. La visión que los alienta y a la que aquéllos apuntan es clara: el capitalismo, en sus fuerzas intrínsecas (privadas), es estable. La intervención del Estado para estabilizar termina en su contrario. Y un mecanismo rector para que funcione ese automatismo estabilizador (o autorregulador) es la regla monetaria de un crecimiento a tasa constante de la cantidad de dinero (reforzada con encajes monetarios del 100 %). Éste es un mejor estabilizador que la injerencia estatal. A su vez, alteraciones a corto plazo de la regla expuesta terminan frustrándose en cuanto a sus objetivos.
   ¿Y por qué "sirve" la susodicha regla monetaria? Porque, en definitiva, lo que acontezca con la producción no es un fenómeno monetario, sino que responde a los factores reales de crecimiento. Y tales factores se relacionan con la capacidad creadora y de iniciativa de un pueblo, plasmándose a través de los mecanismos de mercados competitivos y del juego de precios relativos. Estos factores tienen "su ritmo"; no pueden "apurarse" artificialmente. ¿Que los mercados reales no son competitivos? No importa: una teoría es más valedera por sus consecuencias lógicas que por el realismo de sus supuestos. El análisis cuadra desde los mercados competitivos.
  La obra de Friedman es portentosa. Éste ha sido un repaso mínimo. Los componentes del edificio analítico son múltiples y densos, pero bien trabados entre sí, expresando asimismo una visión muy contundente que opera como aliento básico.
   Con lo que hemos visto, más otras propuestas referentes a la anulación de las regulaciones industriales y a la abolición de los controles cambiarios y accionarios, de los salarios mínimos y de los precios sostén, de las escuelas públicas y del servicio militar obligatorio, del impuesto sobre las ganancias de las empresas, de los impuestos sobre las importaciones, de los cambios fijos, de los controles de precios, de rentas y de intereses, de la seguridad social actual; referentes al apoyo al libre comercio irrestricto; a la defensa del impuesto "negativo" para los pobres; a la recomendación de un impuesto de tipo fijo sobre la renta total; al estímulo de las políticas "antitrust"; a la postulación del soporte fiscal de escuelas privadas; a la admisión de la indexación de variables; a la legalización de la venta de drogas, etc., es dable constatar que Friedman ha construido un poderoso arsenal en base a una gran riqueza analítica y a una poderosísima visión preanalítica, para reconstruir la autoconvicción del capitalismo sobre sus fuerzas más conspicuas: las de la iniciativa privada. Así ha contribuido grandemente al desplazamiento del paradigma keynesiano.
   De todas formas, el enorme esfuerzo intelectual de Friedman ha incidido prevalentemente en tal desplazamiento porque ha esgrimido un cuerpo de ideas que parecía interpretar mejor los acontecimientos de los años setenta, algunos de los cuales ya se esbozaban en la década anterior. Resulta visible ahora que más inflación y más desempleo iban juntos (no funcionaba el "compromiso" de la curva de Phillips en su trazo normal), y adicionalmente, como el propio Friedman señalaba, el "desarreglo" generado por la inflación contumaz perturbaba la producción, surgiendo la estanflación. A esto cabía añadir que el desarrollo de la seguridad social, las fuertes regulaciones y las elevadas tasas impositivas sobre los ingresos de las inversiones frustraban los incentivos para ahorrar e invertir. El Estado, emergía en la nueva instancia como una rémora para el crecimiento. Como dijo Lawrence Klein, las condiciones de los años treinta estimularon el alza de la revolución keynesiana, mientras la de los setenta darían empuje a "otras políticas" (monetaristas). Este empuje se prolongó hasta los ochenta; ¿seguirá el mismo paradigma en los años noventa?


Bibliografía:  

A Monetary and Fiscal Framework for Economic Stability, 1948.
Essays in the positive Economics, 1953 (trad. esp., Ensayos sobre economía positiva, 1967).  Studies in the Quantity Theory of Money, 1956.
A Theory of the Comsuption Function, 1957 (trad, esp., Una teoría de la función de consumo, 1973).
A Program for Monetary Stability, 1960 (trad, esp., Un programa de estabilidad monetaria y reforma bancaria, 1970). 
The Demand for Money, 1961.
Capitalism & Freedom, 1962, con Rose Friedman (trad. esp., Capitalismo y libertad, 1966).  Price Theory, 1962 (trad. esp., Teoría de los precios.  Apuntes para un curso en la Universidad de Chicago, 1972, 2ª. ed. corregida). 
A Monetary History of United States (1867-1960), 1963 (con Anna Jacobson Schwartz).
The Great Contraction (1929-1933), 1965. 
The Role of Monetary Policy, 1968. 
The Optium Quantity of Money and other essays, 1969.
The Theoretical Framework for Monetary Analysis, 1970 (trad. esp., Marco teórico del análisis monetario, 1973). 
Monetary Statistics of the United States: Estimates, Sources, Methods, 1970. 
The Counter-Revolution in Monetary Theory, 1970.
Money and Economic Development, 1973 (trad. esp., Moneda y desarrollo económico, 1976).  Milton Friedman's Monetary Framework; A Debate with his Critics, 1975 (trad. esp., El marco monetario de Milton Friedman; un debate con sus críticos, 1978). 
Unemployment versus Inflation? An Evaluation of the Phillips Curve, 1975 (trad. esp., Paro e inflación, 1977). 
Nobel Lecture: Inflation and unemployment, 1977. 
Free to Choose. A Personal Statement, 1980, con Rose Friedman (trad. esp., Libertad de elegir: hacia un nuevo liberalismo económico, 1981).
Bright Promises, Dismal Performance. An Economists Protest, 1983.
Program for Monetary Stability, 1983.
The Tyranny of the Statu Quo, 1984, con Rose Friedman (trad. esp., La tiranía del statu quo, 1984). 
Monetary Economics, 1990 (trad. esp., La economía monetarista, 1992). 
Money Mischiefs. Episodes in Monetary History, 1992 (trad. esp., Paradojas del dinero, 1992).





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